El proyecto IN-WORK aborda el rol de la universidad dentro de su región de referencia como impulsora de una cultura inclusiva, mediante el desarrollo y prueba de un modelo de intervención centrado en las relaciones entre dentro y fuera de la universidad, e involucrando a los grupos de interés. El proyecto adopta el método de aprendizaje integrado con el trabajo, que incluye el aprendizaje basado en el trabajo (prácticas y becas) para ayudar a las personas con necesidades especiales a tener experiencias de aprendizaje en contacto con el mundo laboral.
El trabajo del proyecto será dentro de la universidad, para estimular el uso de pedagogías de aprendizaje integrado con el trabajo de manera inclusiva por parte de los profesores, mediante tecnologías en línea y, también fuera de la universidad para promover una cultura de inclusión a través de la implicación de los actores empresariales en el diseño y desarrollo del aprendizaje.
Contexto
Varias fuentes, incluyendo Eurostat, confirman que la tasa de empleo de personas con necesidades especiales sigue estando por debajo de la media. Este resultado depende de muchas variables, como el tipo y nivel de dificultad (discapacidad, trastorno de aprendizaje o dificultades emocionales / conductuales), factores culturales y contextuales, y la resistencia generalizada del mercado laboral a contratarlas. Según investigaciones previas, esta resistencia está relacionada con estereotipos sobre las competencias que tienen las personas (y, por tanto, sobre su capacidad de realizar el trabajo), la creencia de que es más caro adaptar el lugar de trabajo a personas con necesidades especiales, el temor a la gestión difícil del empleado, las dificultades para los compañeros de trabajo, las restricciones legales relacionadas con los procesos de contratación / despido y, a veces, la falta de candidatos. Varios aspectos pueden beneficiarse y quizás resolverse mediante el conocimiento recíproco.
La segunda necesidad detectada es la integración social en sentido amplio, incluidas las relaciones humanas con los compañeros y la participación en la vida activa dentro de la comunidad. En cierta medida, esta necesidad también depende de la posibilidad de trabajo que permita el diálogo diario con el lugar y las personas y de que apoye un sentimiento de autonomía y autoeficacia. Sin embargo, la integración social no solo depende del trabajo, sino que también está influenciada por factores como la formación, las actividades de ocio y las redes sociales.
Nuestro reto
Varias fuentes, incluyendo Eurostat, confirman que la tasa de empleo de personas con necesidades especiales sigue estando por debajo de la media. Este resultado depende de muchas variables, como el tipo y nivel de dificultad (discapacidad, trastorno de aprendizaje o dificultades emocionales / conductuales), factores culturales y contextuales, y la resistencia generalizada del mercado laboral a contratarlas. Según investigaciones previas, esta resistencia está relacionada con estereotipos sobre las competencias que tienen las personas (y, por tanto, sobre su capacidad de realizar el trabajo), la creencia de que es más caro adaptar el lugar de trabajo a personas con necesidades especiales, el temor a la gestión difícil del empleado, las dificultades para los compañeros de trabajo, las restricciones legales relacionadas con los procesos de contratación / despido y, a veces, la falta de candidatos. Varios aspectos pueden beneficiarse y quizás resolverse mediante el conocimiento recíproco.
La segunda necesidad detectada es la integración social en sentido amplio, incluidas las relaciones humanas con los compañeros y la participación en la vida activa dentro de la comunidad. En cierta medida, esta necesidad también depende de la posibilidad de trabajo que permita el diálogo diario con el lugar y las personas y de que apoye un sentimiento de autonomía y autoeficacia. Sin embargo, la integración social no solo depende del trabajo, sino que también está influenciada por factores como la formación, las actividades de ocio y las redes sociales.
Nuestro objetivo
Varias fuentes, incluyendo Eurostat, confirman que la tasa de empleo de personas con necesidades especiales sigue estando por debajo de la media. Este resultado depende de muchas variables, como el tipo y nivel de dificultad (discapacidad, trastorno de aprendizaje o dificultades emocionales / conductuales), factores culturales y contextuales, y la resistencia generalizada del mercado laboral a contratarlas. Según investigaciones previas, esta resistencia está relacionada con estereotipos sobre las competencias que tienen las personas (y, por tanto, sobre su capacidad de realizar el trabajo), la creencia de que es más caro adaptar el lugar de trabajo a personas con necesidades especiales, el temor a la gestión difícil del empleado, las dificultades para los compañeros de trabajo, las restricciones legales relacionadas con los procesos de contratación / despido y, a veces, la falta de candidatos. Varios aspectos pueden beneficiarse y quizás resolverse mediante el conocimiento recíproco.
La segunda necesidad detectada es la integración social en sentido amplio, incluidas las relaciones humanas con los compañeros y la participación en la vida activa dentro de la comunidad. En cierta medida, esta necesidad también depende de la posibilidad de trabajo que permita el diálogo diario con el lugar y las personas y de que apoye un sentimiento de autonomía y autoeficacia. Sin embargo, la integración social no solo depende del trabajo, sino que también está influenciada por factores como la formación, las actividades de ocio y las redes sociales.
¿Cómo aborda el proyecto IN-WORK su reto?
Para lograr estos objetivos, se han diseñado actividades para:
- incrementar los vínculos con la comunidad para lograr objetivos a corto plazo (co-diseño de experiencias de aprendizaje) y a medio plazo (difusión de cultura inclusiva);
- apoyar la idea de que la universidad es una institución educativa para todos, no solo para los estudiantes, y trabajar con las partes interesadas en el co-diseño de actividades extracurriculares y como instituciones receptoras para prácticas de jóvenes con necesidades especiales de las comunidades de referencia;
- capacitar al personal interno para diseñar, desarrollar e implementar actividades AIT, para garantizar la integración de los métodos en el trabajo regular de las universidades y asegurar la sostenibilidad de los resultados;
- validar el enfoque y el modelo de intervención a través de un pilotaje durante semestre académico, entendiendo a partir de la práctica real qué funciona y rediseñar, si es necesario, para responder a las necesidades del grupo objetivo en el futuro.
Resultados esperados
Se espera que el proyecto tenga un impacto notable a corto plazo en las organizaciones miembros del consorcio y en el nivel regional en el que operan. La acción del proyecto se desarrollará a nivel universitario, involucrando diferentes facultades y los servicios de apoyo centralizados o descentralizados dentro de las instituciones. El proyecto está diseñado para integrarse en los procesos habituales de las instituciones y garantizar la sostenibilidad de los resultados.
Además, las actividades del proyecto están co-diseñadas con el territorio. Se espera que las acciones de divulgación y compromiso con las partes interesadas tengan un impacto en las personas (jóvenes con necesidades especiales), las organizaciones y la sociedad civil, y creen oportunidades de desarrollo comunitario y compromiso compartido hacia una cultura inclusiva. Los primeros beneficiarios serán los jóvenes con necesidades especiales involucrados en la acción del proyecto y en actividades que se mantendrán después de la finalización del proyecto a través de oportunidades de integración social a través del aprendizaje y el trabajo.
Los miembros del consorcio tienen principalmente como objetivos nacionales e internacionales las instituciones de educación superior, los responsables políticos, los representantes de los estudiantes y las empresas/ asociaciones/ ONGs. Por el tipo de acción, se espera un impacto más fuerte a corto plazo en las instituciones educativas fuera del consorcio, que se beneficiarán directamente de los resultados producidos por el proyecto, como manuales metodológicos, OERs y OPS.
Grupos objetivos
El proyecto tiene como grupos objetivos primarios (beneficiarios directos):
- Estudiantes universitarios
- Jóvenes con necesidades especiales no matriculados en enseñanza superior
- Profesores, supervisores y personal de apoyo que trabajan en la universidad
- Servicios sociales y/o sanitarios que tratan con personas con necesidades especiales
- Agentes empresariales (empresas públicas y privadas y asociaciones)
El proyecto se dirige, como grupo secundario (beneficiarios indirectos), a:
- Familias
- Instituciones de formación
- Escuelas de educación secundaria
- Servicios del mercado laboral que tratan la inserción laboral de jóvenes con necesidades especiales,
- Asociaciones juveniles y ONGs
- Agentes políticos • Sociedad civil.